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Un poco de historia


El colegio de educación Infantil y Primaria Florián Rey se gestó a lo largo de los últimos años como consecuencia del continuo crecimiento de la matrícula escolar en La Almunia crecimiento paralelo al crecimiento poblacional provocado por la inmigración. A modo de ejemplo en 1999 contábamos con 475 alumnos y en 2010 la matrícula ascendía a 830 alumnos.

En el año 2003 se desarrolló una ampliación de 10 aulas en el edificio de Carra la Hilera y apenas 5 años después era necesario instalar dos nuevas aulas prefabricadas. La continua carencia de espacios disponibles, la precariedad de algunos servicios, el tamaño del centro, etc. forzaron la decisión de desglosar el CEIP Nertóbriga en dos centros independientes para lo que era necesario realizar una serie de obras de adecuación y rehabilitación a las nuevas necesidades.

El CEIP Florián Rey nació en 2014 en el cuerpo renovado de dos edificios históricos:

El edificio que hemos denominado “Laviaga” y que fue inaugurado el 29 de septiembre de 1930 tras un largo esfuerzo de la corporación almuniense y la generosidad de José Hernández Laviaga que donó el suelo y facilitó el acceso desde el casco histórico a través de la calle que hoy conocemos como “Las escalericas”. Edificio que fue profundamente rehabilitado en 1990 y adaptado a la nueva configuración en 2014.

El edificio que hemos nombrado “Amado Martínez Bel”, primer director del desaparecido CPR La Almunia que ocupó ese edificio desde 1988 hasta el 2013 e incansable trabajador por la calidad de la educación pública. Este edificio se construyó en 1976 en los huertos de la Casa Cuartel de la Guardia Civil como consecuencia del crecimiento de la matrícula acogiendo a los grupos de la entonces Segunda etapa de la EGB.

El CEIP Florián Rey nació legalmente mediante el Decreto 94/2014 del Gobierno de Aragón publicado en el BOA de 19 de junio de 2014, iniciando su andadura académica el 1 de septiembre de 2015. Los inicios fueron duros y tensos como consecuencia de iniciar el curso con el edificio Laviaga en obras, los grupos de alumnos repartidos entre los dos colegios, etc. y la precariedad económica que acompañaron esos primeros pasos.

Poco a poco vamos resolviendo las carencias materiales con las que nacimos y desarrollando las líneas educativas que definirán el trabajo con nuestros alumnos y la relación con sus familias y la sociedad almuniense.

Somos unos recién nacidos con mucha historia. Recogemos el esfuerzo de tantos compañeros que han pasado por La Almunia dejando lo mejor de sí mismos como un viejo árbol que hunde profundamente sus raíces en el siglo XX y sigue floreciendo, dando fruto, y acogiendo bajo sus ramas a los almunienses del siglo XXI.

fachada florian rey